Ya hace unos cuantos años que colaboro con Ausonia y la AECC, lo habéis ido viendo por aquí, con sesiones de fotos con el pañuelo rosa y varias compañeras blogueras.
Quedamos una tarde, nos maquillan, nos peinan, nos hace fotos un fotógrafo maravilloso y muy reconocido, y luego nos las mandan para añadirlas a nuestros post.
En esos post os cuento que por cada bolsa de Ausonia que adquiráis, Ausonia dona un euro para investigación, eso tan fundamental a lo que tan poco dinero se ha destinado durante los últimos años, eso básico para acabar con el cáncer.
Pero este año… este año tengo una historia distinta que os quiero contar, que me ha llegado al corazón y que me ha hecho pensar tanto.
Muchas ya sabéis que llevo una temporada con reposo absoluto por unos problemas en el embarazo.
Os confieso que no lo estoy llevando nada bien, soy una persona muy activa que necesita estar siempre haciendo algo (moviéndome), y lo de estar todo el día en la cama, vuelta y vuelta, se me está haciendo a ratos, muy cuesta arriba.
La semana pasada fue especialmente mala con varios días llorando durante horas y bastante hundida.
En uno de los ratos de calma, me puse a navegar por Instagram y acabé en la cuenta de una mujer, una madre de dos niñas que justo ese días había perdido la batalla en la que llevaba varios años luchando, contra un cáncer de mama con metástasis.
Y esa mujer, esa madre a la que jamás he visto, con la que jamás he coincidido, a la que jamás veré, me ha dado sin ella pretenderlo, una lección de vida.
Y es que estar en reposo es duro, es agobiante, pero sobre todo es pasajero y por una buena causa, por la salud de mi niña.
Ella luchó con uñas y dientes por seguir viva, por seguir criando a sus hijas, por vivir y en todas y cada una de sus fotos salía sonriendo.
Por supuesto que me imagino que abra llorado, que el sufrimiento habrá sido horrible, pero lo que se ve en su perfil de Instagram es que ha luchado con uñas y dientes contra el cáncer.
Por ella, por muchas otras de nosotras que han pasado o pasarán por el cáncer de mama, por todas, hay que seguir luchando, apoyando la causa, colaborando en todo lo que podamos en la lucha contra el cáncer.
Hasta que llegue el día en que ninguna pierda la batalla y podamos seguir vivas, luchando por batallas cotidianas que al final ganaremos.
Miriam (Mamá en Red) gracias por la lección de vida, ¡brilla fuerte allá arriba!
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Que bonito post Arantza, yo ayer me enteré de la pérdida de Miriam, y aunque tampoco la conocía hasta ayer, al ver sus fotos en Instagram, no pude evitar las lágrimas, y no pude seguir viendo fotos, sobre todo por las niñas, lo que habrá sufrido, lo que habrá pasado, y lo que habrá pensado cada vez que las fuerzas la abandonaban. Debe ser terrible. Nosotros perdimos a mi primo muy joven con 26 años recién en el mes de mayo de éste año, victima de un cáncer, y a una amiga de la infancia victima con cáncer de mama, con 36 años en septiembre y también con dos niños. Es muy triste, ojalá se encuentre una cura pronto, una esperanza para todas aquellas personas que lo sufren, da igual el color del lazo, y que más da, si la enfermedad te consume, la vives y la sufres de igual manera. Hay que ser conscientes y cuidar nuestro cuerpo, no llevarlo al límite. Cuidar nuestra alimentación y la de los más pequeños. Que te mejores pronto. Besos.
Ojala que pronto el nº de mujeres que pierden la batalla contra este cáncer podamos decir que es 0, mientras hay que intentar seguir apoyando y ayudando en la investigación. Un beso